viernes, 14 de noviembre de 2008

El coleccionista

Sus manos tiemblan. Experimenta una mezcla de emoción y terror a la vez, estas dos juntas forman la sensación perfecta. No deja de tocarse el rostro. Otra vez lo había logrado. Afuera llovía y llegaba en invierno.

Una de las personas que solía visitarlo a medio camino, lo esperaba en su sala. Su casa aparenta ser el único lugar seguro de la zona, la mejor para pasar la noche sin ningún riesgo. Pedro luce como un buen hombre de no más de cincuenta años, y su presencia brindaba confianza a cualquiera.

Sale de la cocina con un una taza de manzanilla en las manos -¿hace frío no?- pregunta él amablemente, -Me estaba congelando allá afuera- responde Claudia frotándose los brazos, mientras reposa en un mueble de fundas marrones. Pedro le acerca la taza de manzanilla y Claudia la recibe mientras le agradece con un ligero movimiento de cabeza. –Beba tranquila y caliéntese, acá las noches son muy frías- afirma él. Ella continúa tomando de la infusión cuando decide preguntar -¿y usted vive sólo aquí?, ¿en medio de la nada?-, él sonríe tiernamente y responde –mi hija falleció hace dos años, ésta era nuestra casa de campo, y desde que murió decidí venirme a vivir acá, alejado de todo el mundo exterior que cada día está más loco.- El ambiente se queda en silencio, Claudia continúa tomando la infusión lentamente. Pedro rompe el silencio –señorita, usted no puede irse con tremenda lluvia y el camino debe estar oscurísimo, si desea puede pasar la noche acá.- Ella lo ve por un momento y vuelve a bajar la mirada hacia la taza de manzanilla. –No se preocupe- insiste él –esta casa me queda grande para mí sólo. Los cuartos sobran y no se preocupe que no le cobraré la noche.- Ella suelta un par de tímidas risas, lo mira y responde –pues muchas gracias señor Pedro, la verdad que ya casi estoy sin gasolina y me quedaría botada en medio camino, yo mañana temprano me voy sin darle más molestias.- Pedro sonríe mientras ve a la joven sentada en su mueble de fundas marrones.

Claudia está acostada en una cama de sábanas y colchas blancas. Está tapada hasta el cuello, pues hace demasiado frío en esa zona, por la ventana observa que la lluvia es más fuerte a cada momento, y el silencio de la casa hace de ésta una noche muy incómoda.

Aún acostada en la cama, Claudia lucha contra un extraño mareo qué no la deja entrar en su sueño. -Normalmente el sueño no me marea- piensa ella, su mareo le preocupa, pero por más que piensa en hacerlo, no se para de la cama, sigue echada allí, en el mismo lugar donde se acostó. –Debe ser el ambiente piensa ella- se pone de costado dando la espalda a la ventada y decide dormir. Claudia soñó que estaba en un partido y que ella era el balón de fútbol. En otro sueño, se veía mirando a las personas desde muy abajo, estaba en el suelo, observando cómo el mundo caminaba a su alrededor. Después soñó que flotaba en el aire, como si fuera cargada por una fuerza superior a ella.

Va abriendo los ojos lentamente, parece despertar de un largo y profundo sueño. Lo primero que Claudia logra ver es a un hombre de negro frente a ella, está sentado en una silla de metal. Parece estar en un sótano, no hay mayor luz que la que produce una bombilla en medio del cuarto. Al reunir un poco de fuerzas, se da cuenta que está paralizada, se observa lo más que puede y nota que está arrodillada, sus manos y cabeza están sujetas en una madera. No puede más que mover los hombros.

El hombre que está frete a ella se pone de pie y se acerca –buenos días señorita, espero haya dormido a gusto.- Ella lo mira aterrada sin decir una sola palabra. Pedro se acerca a una vieja congeladora que está a un lado del cuarto y la abre. Saca de ella un frasco y se lo acerca. Al verlo, ella suelta un ligero grito de horror, lo que contiene el frasco es la cabeza de una jovencita de no más de 15 años. -¿Para qué me muestra eso? pregunta ella. Pedro guarda nuevamente el frasco, cierra la congeladora y se pone de pie frete a Claudia. – ¿Recuerda que le hablé de la muerte de mi hija? Pues en ese tiempo, ella ya había cumplido quince años, pronto podía dejarme sólo aquí y yo… es mi niña y no podía dejar que se vaya. Hasta me había dicho que le gustaba un jovencito de la escuela- Pedro se lamentaba mientras Claudia buscaba la manera de zafarse, Él la mira y se acerca –no podrá salir señorita, a su costado hay un candado y está cerrado. Bueno la razón por la que la tengo aquí es porque debe hacerle compañía a mi hijita- Pedro se dirige nuevamente al congelador y esta vez saca dos frascos, en cada uno habían cabezas humanas. Saca un tercero y en él estaba la cabeza de un perro. Llena de espanto, Claudia comienza a gritar, a pedir auxilio, pero todo era en vano, en medio de ese bosque no habita nadie más que este hombre. Ella llora y le ruega que no le haga nada, la voz se le quiebra. Pedro se acerca a ella y le dice –señorita Claudia, usted va ha hacerle compañía a mi hijita, ella está muy sola y por eso me he encargado de traerle amiguitos, pero lo mejor es que todo es dentro de esta casa, mi niña ya no me dejará solo, usted será su nueva amiga- Claudia continúa gritando mientras él prepara sus instrumentos para degollarla. Con todo listo, Pedro se acerca y le dice –me saluda a mi hijita señorita.- deja caer la lámina afilada sobre su cuello, mientras éste se corta y deja caer al suelo su cabeza.

Pedro se acerca y se queda de pie frente a la cabeza de Claudia, no deja de mirarla, las manos le tiemblan. Experimenta una mezcla de emoción y terror a la vez, estas dos juntas forman la sensación perfecta. No deja de tocarse el rostro. Otra vez lo había logrado. Afuera llovía y llegaba en invierno.


Isabel Madrid Peña

sábado, 4 de octubre de 2008

Y muero...

Por fin había decidido contarlo, ese suceso que por tanto tiempo guardé. No esperaba que lo odien o lo denuncien, ya habían pasado 10 años desde que él no me tocaba.

Tampoco comprendo bien porqué lo hice. Mi madre sólo me dijo que sea sincera con ella, que siempre me comprendería. No sé porqué se lo dije, me sigo arrepintiendo. Todos los años de mi vida ella me dijo que le confiara cualquier cosa, siempre lo hice, pero confesarle entre lágrimas, tapándome el rostro con vergüenza, y ella desconcertada preguntando qué me sucedía. Decirle que mi hermano abusaba de mí, nunca debí hablar de eso.

Ya no me afecta esa oscura historia, había perdonado a mi hermano. Creo que sólo necesitaba decirlo, sacarlo por fin de mi interior, pero nunca esperé esa respuesta. Mi madre, que me tenía abrazada a su pecho, al oír estas palabras, me empujó con horror, peguntando si estaba loca o drogada, dijo que nunca más hablara de esas estupideces, que mi hermano nunca me había tocado. Me dio una cachetada mientras lloraba, luego me empujó en la cama y soltó las últimas palabras que escuché de ella. Se puso de pie mientras decía que yo era una mierda, que no creería lo que había dicho y que nunca pensó hasta dónde llegaría para llamar la atención.

Continué en el mismo lugar, llorando por horas sin sentido, por mi culpa, muriendo por un hecho del que no debía hablar. Ya no tenía secreto. Sólo quedaba una cosa, entregarme a la muerte.

Estando en la bañera, ya tenía todo planeado. Había pensado en mi muerte desde que era una niña y mi hermano todavía me violaba. Respirar bajo el agua, representaba la muerte y mi mayor ilusión.

Había vomitado en el inodoro, quería lucir hermosa cuando encuentren mi cuerpo. Siempre vomitaba cuando quería estar más delgada, y esta era una ocasión especial. Mi cuerpo estaría desnudo en la bañera, talvez hasta salga en los periódicos.

Relajada, sin poder controlar las lágrimas que brotaban de mis ojos, me invadía una paz inquietante. No me gusta el silencio, pero en esos momentos era preciso. Recuerdo la voz de una amiga que siempre decía que yo estaba loca, creo que era cierto. Estaba desesperada por respirar agua, mi gran sueño. Ya nada me lo impedía.

Comencé a hundirme lentamente en la tina, poco a poco mi cuerpo resbalaba en la superficie, tal como lo practiqué tantas veces. El agua iba llegando a mi cuello, pero no tenía miedo, por el contrario, estaba invadida por ansias. Ya no había vuelta atrás, continuaba descendiendo. Mis labios sentían el frío, abrí la boca, mi rostro ya estaba perdido, mis ojos seguían llorando. En la nariz sentí que llegaba la muerte, tan misteriosa como siempre la imaginé. Terminé de hundirme, aún tenía oxígeno y no pretendía salir del agua, era extraño, quería flotar y vivir en ella. Me atreví y di fuertes respiros, no lo dudé. Morir no fue como lo esperaba. El frío me invadió, y yo seguía hermosa en la bañera.


Isabel Madrid Peña

sábado, 20 de septiembre de 2008

Paso Uno

Llena de nervios. Con las piernas temblando y las manos sudorosas, Raquel se disponía a tocar la puerta. No podía evitar sentir emoción, amaba a Miguel.

Aún de pie y con el puño listo a dar el primer portazo. Su imagen ahora estática. De pronto se conectó con el mundo, dio un vistazo al reloj. Llevaba quince minutos parada en el mismo lugar. Se repitió a sí misma “soy una mujer” y dio tímidos golpes a la puerta.

Miguel tenía todo listo. Sus padres no regresarían hasta la noche. Él y Raquel podrían hacer el amor en su habitación y nadie los iba a interrumpir. Esta era una ocasión importante. No era la primera vez que lo haría, pero ella es diferente, se repetía siempre Miguel. Escuchó el tímido llamado a la puerta, sabía que era ella, ¡voy! Contestó con excitación.

Él la condujo hasta su cuarto con total control de la ocasión. No temas, estas conmigo, le repetía una y otra vez. Te amo y seré tuya, respondía ella entre besos y caricias. Miguel procedió con quitarle la ropa dulcemente. Eres hermosa, le dijo. Con la mirada totalmente perdida, ella respondió, nunca me dejes.

Miguel admiró y besó su delgado cuerpo por un rato, como conociendo su terreno. Es perfecta, pensaba él. Estando sobre ella, finalmente lo hizo. Raquel soltó un grito entre excitante y doloroso. Te saldrá sangre, resonó en su mente la vos de Claudia, su mejor amiga. Y ahí estaba, esa gran mancha en la sábana blanca.


Isabel Madrid Peña

miércoles, 20 de agosto de 2008

Un recuerdo, mañana

Por el techo de calaminas se filtran las últimas gotas de la lluvia nocturna. Las manchas de humedad desaparecen al ritmo que el día va amaneciendo. La melodía que produce el agua al caer en los platos, va cesando y bajando el tono. Se opaca la gotera. Y hasta que notas que la silenciosa orquesta es apagada por el minutero de ese reloj en la pared, se puede decir que por fin ha amanecido.

Mis tres cojines son cómodos como siempre. No obviaré que la cama tiene el tamaño ideal para aguardarme. Esa madera fría al lado izquierdo del catre, complementa la perfección de mi sala-cuarto. Al lado derecho, detrás de la imagen de mi uniforme de colegio, se filtra la luz por los ventanales. Con esos marcos de madera a medio pintar que inexplicablemente chillan ante cualquier movimiento. Observar su silencio, aún es una tarea confortable.

En estos momentos, la emoción nace al saltar de mueble en mueble. Sólo que mamá saliera de casa me da la indicación. Una danza es iniciada. Consiste en saltar de uno a otro. Gran logro cruzar sin caer al suelo. Luego de recorrer por los tres, la ventana era mi objetivo. Color blanco y con manchas negras. Cuatro cuadrados agrupados dentro del marco mayor. Éste con su correspondiente copia al costado, como dos gemelos que trabajan, juegan a colocarse uno delante del otro y envejecen juntos. Lograr pararme en ese perfecto recuadro era mi gran ilusión. Nunca lo logré.

Rápidamente van ingresando los rayos de luz por la habitación. La acción es acompañada. La alarma del reloj comienza a sonar. Por fin despertará mi papi. Todo sucede automáticamente. El lo apagará. Corte de sonido que indica: papá ya se ha sentado. Viene el ligero arrastre de las sandalias mientras se las va poniendo. Le sucede una resonancia muy familiar. Se está acercando. Me hago la dormida. Sé que al hacerlo, escucharé su voz como una melodía “¡Isabel Alejaandra!”. Se va ha aproximar a mí, lo hace y me acaricia la cabeza. Ahora puedo despertar. Él continúa su camino y prende la luz del baño. Este sonido es la pauta que me deja abrir los ojos tranquilamente. El día ha comenzado con éxito. Sólo miraré esos platos, cada uno con su charco de agua. Esperaré que mi mamá despierte. Ella los recogerá y luego traerá mi uniforme. Jala uno de esos muebles de madrera donde amo saltar y toma asiento. Únicamente comienza a cambiarme y yo no opondré resistencia ni haré murmullos. Decir una palabra, podría traer consecuencias.

Isabel Madrid Peña

lunes, 21 de julio de 2008

El hombre vs. Dios

Dios manda sus ángeles a la tierra. Su objetivo es destruirnos. El ser humano no puede dar un siguiente paso en la evolución. Comienza la lucha. Para sobrevivir, el hombre debe combatir. La guerra es contra nuestro creador.

En 1984 se formó el estudio de animación Gainax, dirigido por aficionados y con Hideaki Anno como director. Crearon unos de los mejores animes de la historia como Gunbuster. En 1995, comenzaron la emisión de Neon Génesis Evangelion, una serie que dominó muy bien la mezcla entre tipo de serie “mecha”, que muestra batallas de robots gigantes, y un anime con muy realistas o tal vez sarcásticas alusiones religiosas.

En la serie, se presentan enormes robots que tienen un material genético casi en su totalidad, igual al humano. Los nombres de estas unidades son Eva01, Eva02, Eva03… en orden a su creación. La denominación proviene de la captura del primer ángel que Dios envió a destruirnos, y que los humanos utilizaron para crear estas unidades. El nombre del primer ángel era Adán. Es decir, de partes de Adán se formó Eva. Muy similar a los escritos del Génesis en la Biblia.

El ángel que se tiene capturado, está crucificado, tal como Jesús en la cruz, y es mantenido bajo las instalaciones de la corporación Nerv, compañía que crea las unidades Eva. El funcionamiento de ella depende de tres computadoras que conforman el “Sistema Magi”, sus nombres son Melchor, Gaspar y Baltasar. Los tres Reyes Magos en el nacimiento de Cristo.

Por parte de la denominación del anime, Génesis significa “comienzo”. Evangelion significa “evangelio”, que quiere decir “buena nueva”. Es decir que el anime encierra el mensaje de un nuevo comienzo o una nueva noticia.

¿Esta serie es un posible pasaje a lo que será el futuro de la humanidad?, ¿Dios sería capaz de enviar un ejército de ángeles a destruirnos? Y ¿Es posible que el hombre se revele ante Dios para continuar su existencia?

Hideaki Anno deja muy claro que esta producción es un simple anime. Nadie debe tomarlo en serio, por más realista que parezca. El director hizo esta explicación en una exposición de anime en Estados Unidos. Se refirió de una manera muy despectiva a los que pensaban rendirle culto a Evangelion. Si su mensaje no es comprendido, se explica en los dos últimos capítulos de la serie, que no dan un final concreto. No se sabe si fue Dios o el hombre quien gana la guerra.

La influencia que Evangelion causa en sus espectadores, no sólo se da por su gran cantidad de indirectas sobre la religión, sino que la narrativa audiovisual usada y el buen manejo de los sentimientos de cada personaje, pueden llegar a confundir la creencia de algunas personas.

Isabel Madrid Peña

domingo, 6 de julio de 2008

Ellos sí que la viven

“La alegría es inmensa al representar a tu colegio. En ese momento recordé toda la garra y esfuerzo con la que luchamos mis compañeros y yo para llegar a este concurso. Esa fue mi segunda vez en Campo de Marte y este año será el último. Una vez más escucharé el grito de la gente apoyándonos, esa musiquita con que nos guía la banda, y por última vez sentiré esa emoción que sólo se vive al entrar a la pista de desfile... acá la cosa es vivirla”. Comenta el alumno Andrés Puicón, integrante de la escolta de la institución educativa particular Santo Domingo de Chorrillos. Colegio ganador del desfile de Campo de Marte del 2007 en la categoría Campeón de Campeones. Una de las tantas instituciones que no van ha marchar a este concurso, sino que van a “romperse en la pista por su colegio”.

Los estudiantes, con una completa identificación hacia su centro educativo, saben que llegar a este tipo de concurso no es mérito de cualquiera. Por eso, cada uno pone el mayor empeño posible. Los colegios se preparan semanas enteras para ganar el desfile de su distrito y poder tener la oportunidad de marchar en Campo de Marte al año siguiente. Cada alumno, tanto de la escolta como del batallón y la banda, siente el mes de Julio como la fecha más importante para demostrar que todo el tiempo de práctica no fue en vano y que su colegio es el mejor.

Los estudiantes buscan demostrar lo mejor que tienen. Los instructores convocan continuamente a prácticas para perfeccionar la calidad de sus compañías y ver que todo esté de acuerdo a las bases del “Desfile Cívico Escolar Metropolitano”. Los ganadores de este concurso, tienen la honra de llevarse el Gonfalón Municipal y ser los siguientes concursantes en la categoría Campeón de Campeones. Concurso que se realiza el tercer Domingo de cada Julio. Como una mayor honra, el ganador de esta última categoría es invitado a desfilar en la presentación de la Parada Militar del 29 de Julio.

En los últimos años, han recibido el premio Gonfalón Municipal, el Santo Domingo de Guzmán de San Juan de Lurigancho en el 2003, el colegio nacional de mujeres Edelmira del Pando de Ate Vitarte en el 2004, el Santo Domingo de Guzmán de Carabaillo en el 2005, el Blas Pascal de San Juan de Lurigancho en el 2006 y el Leonard Euler de San Juan de Miraflores en el 2007. Obteniendo cada uno, el gonfalón que los identifica como los ganadores entre los 42 colegios participantes de la capital.

La celebración de fiestas patrias es la fecha en la que las escuelas se preparan con mucho más interés y dedicación. No hay pretextos para no lograr su objetivo, ya que “pisas Campo de Marte” y tienes la oportunidad de ganar en nombre de tu colegio. Eso significa que durante todo lo que queda del año, y lo que viene del siguiente, el nombre de tu institución educativa será reconocido en cada distrito y respetado en todo concurso al que asista. Después de tanto esfuerzo, lo habrán convertido finalmente en el mejor colegio de Lima Metropolitana.

Isabel Madrid Peña

¡Feliz cumpleaños!… ¡Feliz desgaste!

“Pasen, el viejo está dormido… ni cuenta se va ha dar”. El muchacho piensa que su abuelo no notará nada de lo que pasará en la casa. Mientras que este está en el segundo piso, sabe lo que ocurrirá. No dirá nada, ni hará objeción. Éste personaje mayor conoce a la perfección la vida de un adolescente y porque él también ha pasado por lo mismo, decide no interferir en el crecimiento de su nieto.

Las personas de la tercera edad, están considerados dentro de la sociedad como seres tristes y acabados por la edad. Atacados por prejuicios que se van formando en contra de su vejez. Aludidos por muchas acciones, que no son más que el reflejo de miedo hacia la soledad, a la decadencia física y a la agonía de los últimos días de vida. El hombre plasma todas sus ofuscaciones en los estereotipos de anti-edad. Buscando frenar el paso del tiempo y prolongar su juventud. Como si ésta, fuera sinónimo de felicidad.

Mientras que los jóvenes buscan pasar por la mayor cantidad de experiencias posibles. Y en el caso de los adultos, aparentar juventud con el clásico “con éste atuendo me quito cinco años de encima”. Pensando que los ancianos pasan por la etapa más deprimente y decadente. Un estudio realizado en Junio del 2006 por la Universidad de Michigan, Ann Arbor. Muestra que la vejez no sólo significa el desgaste físico del cuerpo. Sino que, tener más edad, trae muchas ventajas sobre la juventud. El paso de los años en el hombre, deja experiencias y lecciones que lo hacen más inteligente y preparado ante las situaciones de la vida cotidiana.

En el análisis se evaluó a 540 adultos. Divididos en dos grupos. El primero de 21 a 40 años y el segundo de 60 en adelante. A ambos se le pidió, individualmente predecir su nivel de felicidad en la actualidad. Luego respondieron la misma pregunta, con respecto al grupo de personas de su edad.

Finalmente, se llegó al resultado de que las personas mayores son más felices. Debido a que la vejez, por ser la fase final de la vida. También es la etapa en la que el hombre tiene acumulado mayor conocimiento, en relación al día a día. El anciano se convierte en un consejero, porque ha tenido más experiencias. De ésta manera se vuelve una persona muy feliz, sabia, madura y portador de sus ideas a todos los jóvenes. Que aún no están preparados para conducirse en el mundo.

En el Diccionario Enciclopédico Océano, tomo 2, “la felicidad es el estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien”. El psicólogo Peter Ubel, no acorde con una definición técnica. Respalda y dirige el estudio de la Universidad Ann Arbor. Plantea que la felicidad se da gracias a nuestros propios y profundos recursos emocionales. Que van aumentando conforme vamos cumpliendo años, y a la par, cambiando apreciaciones sobre la vida.

Concluye la investigación. Manifiesta que la felicidad no depende de las diversiones juveniles. Por el contrario, está aumenta con el paso de la edad, y hasta puede darse en las condiciones económicas más desfavorables.

Isabel Madrid Peña

jueves, 3 de julio de 2008

Oda a tu vida

Una estrella palpita en el cielo.
Mira con atención y cree en lo que estas leyendo.
Podrás notar en cada palpite
mi presencia con sutileza
mi voz ronca por naturaleza
y mis ojos llenos de entrega.
Ellos no tienen fin al hablar de amor.
Comentan que te amo aunque no deba
que te amo aunque no quiera
y que te adoro…
que te adoro desde lo profundo.

Al entender a esta estrella
oirás todo lo que en silencio te grito.
¿Sabes?
Digo Te Amo en cada mirada
y estás siempre a mi lado dentro de la ilusión.
Con sólo existir llenas de razón mi vida
y me pierdo en el espejismo con sólo vete venir.

El mundo no sonreiría si no supiera de ti.
Los días no despertarían
y no habría mañana
sin que antes tú no hayas despertado.
La vida terminaría si tú no percibieras
que estoy a tu lado.
Con esa mirada llena de dulzura
que dice te quiero,
con una esperanza pura
una ilusión limpia
y un amor que no sabe lo que es odiar
ni mucho menos sabe mentirte.
Si viendo tu expresión tan blanca y transparente
pierdo en cualquier intento de escape.
Porque no existe tu indiferencia
y sé que tu corazón también me ama.

Isabel Madrid Peña

Sus armas lucharon hasta el fin

Las manos pueden llegar a ser armas letales. Cuando son usadas a este extremo no hay límites y no importan las consecuencias. Los dedos que poseen nuestras manos son como las balas de tu arma. Las balas con las que puedes atacar y exponer tus ideas. No es hacer un mal, sólo es dar a conocer tu pensamiento por medio de ellas.

Víctor Jara dio un muy buen uso a estas armas. Lo hizo así para demostrar su desacuerdo con la dictadura en su país. A este músico chileno lo torturaron y mutilaron de las manos.

Lo que importaba para el sistema dictador de Augusto Pinochet, sólo era deshacerse de los que expongan ideales en contra de él. Víctor Jara componía y tocaba música en la que abiertamente mostraba su oposición contra el sistema. Esto fue lo que le costó caro. Y aunque haya muerto firme en sus ideales. Se logró el cometido -que nunca vuelva a hacer música. Le paralizaron para siempre las manos y no conforme con eso, le quitaron la vida.

Como todo artista para el que la música es su principal medio de comunicación, Víctor Jara usaba sus manos para componer y mostrar su discrepancia con la dictadura de Chile. En cada expresión de su folclor, cantaba y tocaba. Se dedicaba a mostrarle al mundo que podía expandir sus pensamientos, sin tener un límite, porque con la música trasciendes. Eso es algo que él sabía muy bien.

Sus manos eran usadas para interpretar en cada una de sus canciones: alegría, dolor, oposición y amor. Más que una voz, eran un par de manos con las que se tocaban instrumentos. Mediante una guitarra transmitía su mensaje. Un recado dejado para que todo el mundo conozca al Chile oprimido de los años 70s. Y a pesar de ser asesinado, Víctor Jara hizo perdurar sus pensamientos. Fue un hombre inteligente y era conciente de que su mensaje no se extinguiría con el tiempo.

Un personaje que usa su voz, manos e inteligencia para este fin, puede sentirse orgulloso hasta después de su muerte. Tal como lo dijo el jurista de Joan Jara, viuda del músico, “Víctor Jara sigue siendo un icono irremplazable en todo el firmamento cultural y artístico. Lo mataron simplemente por dedicar sus canciones, su arte y su folclor al mundo popular". Toda su música sigue presente y sigue recordando a todos los que pueden escucharlo, que a pesar de estar amenazados, hay mil maneras de protestar ante lo injusto.

Cada dedo que le mutilaron, significaba una invalidez en su arte. Como se lo dijo al periodista Sergio Gutiérrez cuando se encontraron en un pasillo del Estadio Nacional donde lo mantenían atrapado "Mira mis manos, mira mis manos... me las machacaron para que nunca más volviera a tocar la guitarra”. Ya no componer más era un castigo terrible para el hombre que se expresa tocando. Y perder la vida, iba cruelmente acompañado con este atropello.

No seríamos completamente libres sin manos, nuestro lenguaje estaría incompleto. ¡Qué valor simbolizan los dedos siendo tan pequeños! No se puede discrepar contra eso, ya que hasta el dictador Pinochet lo sabía. Si dejas sin manos al músico, le quitas parte del habla.

Isabel Madrid Peña

miércoles, 2 de julio de 2008

Payasadas Intelectuales

Llega el momento. El primer día de clases de los estudios superiores. La cabeza se llena de ilusión y vienen miles de visiones de la vida profesional. La mente no sucumbe a pesar de toda la carga de sueños que se le da. Todas esas fantasías que te ponen en el cuadro del soñador. Inmediatamente, con los ojos estáticos y llenos de delirio, viene la compra de cuadernos y útiles solicitados.

Si estudias derecho, ya estás buscando los libros del código penal. El futuro comunicador, antes de ir a la universidad compra un diario, sabe perfectamente que algún catedrático preguntará sobre actualidad. El que aspira a ser arquitecto, intenta vivir dentro del mundo de la edificación. Mientras que paralelamente planifica el diseño de la casa perfecta.

Otro tipo de estudiante, busca en su casa ropa usada y de colores. Consigue todos los instrumentos musicales posibles para hacer ruido en su primer día de clases. Compra tirantes. Ya tiene listo lo más esencial, su nariz roja de goma.

La “Escuela de Payasos los Hijos de Augusto”, convoca a éstos inusuales estudiantes. Situada en España. Instruye la pedagogía del placer. Con dos facultades. Una en el pueblo de Xirivella y la otra, con un ambiente más natural, ubicada en Víznar. Ambas sedes están orientadas a provocar ruido, locura y desorden dentro de la creatividad que se induce en cada alumno.

En esta escuela, se aprende a transmitir emociones a través de gestos, acciones torpes y el arte de no saber comportarse. Se muestran las claves para incorporar aspectos infantiles en la personalidad adulta. Se trabaja al máximo la mirada, que de ahora en adelante transmitirá y evocará sensaciones. Artes que según Jesús Jara y Lluna Albert, directores de ésta escuela, ayudan a cada alumno a desarrollar independientemente su autenticidad como payaso.

Dentro de la casa, en el trabajo, con amigos o mediante un chiste. Sea cualquiera la situación. Pero el objetivo de la escuela es hacer más alcanzable el universo del mundo clown. Con la finalidad de contribuir al crecimiento de verdaderos payasos en la sociedad.

Lo básico en ésta academia, es que el estudiante lleve un curso de iniciación. Para despertar curiosidad e ingenuidad en su personalidad. Consecutivamente debe llevar los cursos de, Clown navegante de las emociones 1 y 2, El Clown y el Circo, y Clown como herramienta para terapias. Se continúan los estudios, llevando cursos opcionales que ayudan a profundizar en éste arte, para ser un payaso completamente preparado. Después, puede salir al mundo a mostrar todo lo aprendido. Con toda la seguridad de ser un espectáculo para todos los públicos. Cumpliendo con su meta. Se convertirá en esa figura cómica y bromista que todos conocen.

Hay payasos y payasos. Pero los humoristas egresados de la “Escuela de Payasos los hijos de Augusto” son más que un chistoso con nariz roja. Son verdaderos profesionales que llevan una vida creativa.

Isabel Madrid Peña

Quisiera darte algo mío

En ese momento lo entendí. Comprendí la influencia tan grande que puede tener una fragancia en cada persona. Todo reflejado en ese instante. Sofía me consideraba especial y quiso compartir conmigo parte de sí misma. No sabía porque lo hizo, ella sólo me había visto una vez y el único vínculo que nos unía era el de ser cuñadas. Mi hermano Renzo recién estaba con ella hace cuatro meses y yo no tenía mucho conocimiento sobre esa relación.

El martes fue mi cumpleaños. Recibí la visita de Sofía, mi mejor amiga del colegio. Estuve conversando con ella, mi mamá y mi hermano Jano mientras tomábamos unas cervezas. Con Sofía hablé sobre todo el tiempo que no nos habíamos visto, eso era desde Noviembre, que fuimos juntas al cumpleaños de otra amiga del colegio. En verdad estaba muy feliz porque ese día también celebré con mis amigos de la universidad. Sofía y yo seguíamos recordando las anécdotas de la promoción y y derrepente llamó mi hermano Renzo, me dijo que estaba en camino con su enamorada Sofía porque querían saludarme. Le dije que lo esperaba y que me alegrara que vaya a venir.

A la media hora llegan Renzo y Sofía. Mi hermano me regaló unos jeans y Sofía me regaló un perfume. Me gustó mucho el detalle, ella prácticamente ni me conocía y tuvo ese gesto conmigo. Nos quedamos conversando, la pasamos muy bien.

El sábado fue el cumpleaños de mi mamá, usé el perfume que me regaló Sofía. Es muy bueno, la verdad es que me encanta. La reunión estaba muy amena. A las cuatro de la tarde llegaron Renzo y Sofía. Después del almuerzo, toda la familia estuvo tomando. Hubo un momento en el que fui al baño y vino Sofía detrás de mío. En la puerta del baño me preguntó si podía acompañarla a comprar. Le dije que si, pero en ese momento percibí la fragancia que ella estaba usando y me quedé pensando en ese perfume. Su fragancia era la misma que ella me regaló. Eso significaba que mi fragancia personal también era la suya. Indirectamente Sofía introdujo en mí parte de su vida. El aroma personal de cada uno es eso especial con lo que todos te identifican. Hasta pueden tener una prenda y con sólo sentir el olor, pueden decir "es tuya". Eso nunca falla, porque cada persona tiene ese olor característico por el que todos lo reconocen.

Cuando salí del baño fuimos a comprar y en lo que quedó de la reunión me divertí mucho con ella. Sofía y yo estuvimos bailando, conversando y tomando juntas. Todo resultó mejor de lo que esperaba, y ese sábado supe que Sofía era especial y ella también me consideraba especial. Ella sabe que la mejor manera de conectarte con alguien es brindándole algo tuyo. Y ¿Qué es mejor que compartir tu fragancia personal?





Isabel Madrid Peña